La primera vez que vimos la aurora fue desde la ventanilla del avión camino a Longyearbien. Era tan bonito que te quedabas como tonto viendo como cambiaba de color y de forma. El color es básicamente verde aunque va cambiando de tonalidades. En teoría puede llegar a tener todos los colores del espectro pero yo no lo vi. La segunda vez que la vimos fue a la vuelta de Svalbard ya que estuvimos un par de días en Tromso, que es donde se supone que es el mejor lugar del mundo para verla. La última noche del viaje salimos de la ciudad para poder verla lejos de las luces del puerto. Aunque en Tromso no hacía tanto frío no era muy agradable estar parado mirando al cielo . La conclusión que yo saqué es que lo divertido es verla desde la cubierta de un barco, tapado con una manta mientras te tomas un colacao calentito.
